sábado, 29 de septiembre de 2007

el valor de X

Con frecuencia me siento una loca o un poco desquiciada en mis actitudes y pensamientos. Es cierto que la mayoría de las personas se cree un loco en el mundo, y yo soy una más. Preocupada de los puntos y de las comas, de si es s o c, si uso la v o la b, de que mis escritos estén coherentes, de responder bien, de apagar la tetera a tiempo, de servir la once o limpiar la mesa. Preocupada de que él esté feliz y no fallarle a mis amigos; de estar presentable, de llegar a tiempo, de agradar, de agradecer, de sonreir.
Siento que estoy buscando el valor de X en mi vida y suelo multiplicar y dividir las cosas que me pasan para llegar a soluciones. Pero cuando creo tener la solución cerca, algo se resta u otra incógnita aparece y yo no soy buena para las matemáticas y siento que descubrir el valor de X se aleja cada vez más con Y tristezas y múltiples incertidumbres.
Yo quiero despejar a X y asi llegar a convertir mi vida en una prueba, donde todos los matemáticos y los existenciales queden sorprendidos y me escriban pidiéndome que les demuestre cómo llegue a descubrir que es X en esta vida, que, a veces, no tiene sentido.

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