sábado, 30 de agosto de 2008

Olvida

"La niña olvidó, de una vez por todas, esa idea de comer en un restaurante lujoso, un viaje a un lugar paradisíaco, una acogedora casa, un amor verdadero, un hermoso anillo, una invitación inesperada, y siguio tomando la misma micro de todos los días, en el mismo paradero de siempre".

Aseo

Hoy me levanté dispuesta a hacer aseo. Con la escoba barrí algunas penas y boté a la basura malos recuerdos. Sacudí mi almohada de sueños inconclusos y eliminé el polvo de algunos momentos que tenía olvidados. Pasé limpiavidrios a mis proyectos y le saqué brillo a mis habilidades. Ordené escritos, fotografías, regalos y otras cosas que estaban tiradas y guarde en una pequeña cajita un par de recuerdos necesarios a la hora de las ansiedades, como lo hacía antes.

sábado, 23 de agosto de 2008

Miedos

Todos los días enfrento mis viejos miedos, pero no tengo tiempo para entender los nuevos y me doy media vuelta y los dejo pasar. Los viejos miedos ya me conocen y siempre están inventando nuevas cosas para asustarme, he aprendido a reconocerlos en mi camino y no los tomo en cuenta. A veces logran engañarme y me asustan... pero trato de ser fuerte, de ver más allá y de dejarlos pasar.
No quiero más miedos, más bien, quiero protegerme de ellos. Mi escudo es grande y no puedo con todos. ¿me ayudas?

jueves, 21 de agosto de 2008

Las películas

Nos preguntamos por las películas que nos habían hecho llorar en nuestras vidas. Pero ambos recordamos nuestros últimos llantos. Luego de un rato cada uno dio el título de alguna y evocamos lágrimas salidas de la emoción, de la pena, de la rabia. Como siempre, me puse a contar todos los filmes que me habían hecho llorar mientras tomábamos el sol. Él, solo escuchaba, quizás, recordando algo, una escena, una imagen, un momento. Me perdí entre mis recuerdos y luego me entusiasmé con otros. Seguramente, él estaba entre los suyos... pensando. Y seguimos tomando el sol que estaba esquivo en agosto pero que ahora nos acechaba la espalda esperando algún otro recuerdo.

jueves, 14 de agosto de 2008

Perder el tiempo

Solo quiero perder el tiempo. Darme unas vueltas tontas, no preocuparme ni por el reloj, ni el celular ni la llegada puntual a la casa. No tomar en cuenta muchas cosas, pasar por alto los enojos y la mala onda y perder el tiempo. Quizás irme lejos pero no para meditar, solo para no hacer nada, ni pensar, ni recordar, ni arrepentirme de mis actos, ni nada. Saltarme la hora al doctor, dejar pasar la micro, mirar más rato las vitrinas, probarme ropa en alguna tienda bonita, comprarme un jugo, olvidar las dietas, comer queque, disfrutar del viento, gozar la lluvia...

La idea es perder el tiempo un rato, total, a nadie le afecta demasiado y si somos dos, mucho mejor.

jueves, 7 de agosto de 2008

Editada

Ando por la calle editada por otros.

Cuando estamos juntos pasa lo siguiente:

A veces no nos decimos todo lo que queremos y nos vamos con dudas y palabras atascadas en los labios. Los míos son grandes y guardan más palabras de lo normal, los tuyos son delgados pero rojos y guardan palabras mucho más fuertes que los míos.

A veces no nos tomamos tanto las manos como debería ser, pero cuando lo hacemos, nos apretamos fuertemente. Mis dedos son delgados y casi siempre están fríos, los tuyos son agradables y siempre están suaves.

A veces no nos miramos mucho a los ojos, pero cuando lo hacemos siento que penetras fuertemente en mi corazón. Mis ojos son cafés oscuros y grandes, -según el maquillaje-, los tuyos, redondos, tiernos, con pequeñas pestañas alrededor hereradas de tus acenstros mapuches, igual que los míos. A mucha honra.

A veces, cuando nos abrazamos, por fin me siento proteguida. Y todas esas tonteras de la soledad y la ansiedad quedan fuera de este conjunto. Tus brazos son gruesos y logran rodear mi cuerpo, los mios, intentan hacer lo mismo, pero solo logro llegar hasta tu espalda. No importa.

A veces...

Dolores.

viernes, 1 de agosto de 2008

10 recetas para ser feliz, Jodorowsky

Esto me lo envió una amiga tan loca como yo.

¿Cómo podría definir en términos positivos la felicidad?

Ese concepto, abstracto hasta la medula, es imposible de ser descrito directamente. Para hacerlo tengo que dar un rodeo por su sombra. Vaya entonces la definición: “Felicidad es estar cada día menos angustiado”.

Para lo cual puedo intentar dar algunos consejos sin ser tachado de iluso.

1. Cuando dudes de actuar, siempre entre “hacer” y “no hacer” escoge hacer. Si te equivocas tendrás al menos la experiencia.
2. Escucha más a tu intuición que a tu razón. Las palabras forjan la realidad pero no la son.
3. Realiza algún sueño infantil. Por ejemplo: si querías jugar y te hicieron adulto antes de tiempo, ahorra unos 500 euros y ve a jugarlos a un casino hasta que los pierdas. Si ganas, sigue jugando. Si sigues ganando, aunque sean millones, sigue hasta que los pierdas. No se trata de ganar sino de jugar sin finalidad.
4. No hay alivio más grande que comenzar a ser lo que se es. Desde la infancia nos endilgan destinos ajenos. No estamos en el mundo para realizar los sueños de nuestros padres, sino los propios. Si eres cantante y no abogado como tu padre, abandona la carrera de leyes y graba tu disco.
5. Hoy mismo deja de criticar tu cuerpo. Acéptalo tal cual es sin preocuparte de la mirada ajena. No te aman porque eres bella. Eres bella porque te aman.
6. Una vez a la semana, enseña gratis a los otros lo poco o mucho que sabes. Lo que les das, te lo das. Lo que no les das, te lo quitas.
7. Busca todos los días en el diario una noticia positiva. Es difícil encontrarla. Pero, en medio de los acontecimientos nefastos, siempre, de manera casi imperceptible, hay una. Que se descubrió una nueva raza de pájaros; que los cometas transportan vida; que un nene cayo desde un quinto piso sin dañarse; que la hija de un presidente intento suicidarse en el océano y fue salvada por un obrero del cual se enamoro y se casaron; que los jóvenes poetas chilenos bombardearon con 300.000 poemas, desde un helicóptero, a La Moneda, donde fue eliminado Allende, etc.
8. Si tus padres abusaron de ti cuando pequeño/a, confróntate calmadamente con ellos, en un lugar neutro que no sea su territorio, desarrollando cuatro aspectos: “Esto es lo que me hicieron. Esto es lo que yo sentí: Esto es lo que por causa de aquello ahora sufro. Y esta es la reparación que pido”. El perdón sin reparación no sirve.
9. Aunque tengas una familia numerosa, otorgate un territorio personal donde nadie pueda entrar sin tu permiso.
10. Cesa de definirte: concédete todas las posibilidades de ser, cambia de caminos cuantas veces te sea necesario.