miércoles, 24 de agosto de 2011

Quiero mi casa




Hace mucho tiempo que quiero mi casa. Deseo y pienso en ella todos los días y busco cosas para adornarla, me imagino sus espacios, la forma de sus muebles, los colores de las cortinas, todo. Observo vitrinas, invento objetos y detallo cada cosa que tendré y los que no también.

Me paseo por blog de diseños como depto51 o marcelina donde entregan ideas para reclicar o de decoración, y las guardo para usarlas en el momento justo. Leo revistas de decoración y, aunque me parecen ostentosas, siempre hay algún dato interesante que puedo adecuar a lo que busco.

Luego pienso en las juntas que haré, las fiestas que organizaré y los almuerzos que yo misma prepararé. Pienso en mi familia, mis amigas, mis cercanos y lo bien que lo pasaremos. En las ventas de ropa, en mi pequeña oficina, en mi taller de bisutería, en todo lo que quiero que tenga.

Me quedo harto rato pensando, tratando de bloquear el porqué aún no ha sido posible. Y, aunque me invade la tristeza, sigo optimista sobre el futuro. Y espero tener pronto mi casa, así lo visualizo.

martes, 7 de junio de 2011

El tiempo

A veces mi día está nublado y frío a pesar del sol y la alegría del resto. Vivo una continua revolución climática dentro de mí, que ningún meteorólogo logra predecir, ni menos indicar algunas precauciones para sobrellevarla.


Me pilla la lluvia sin paraguas. Suele suceder, como cuando lloro y no tengo pañuelo. O cuando el calor es sofocante y es incómodo devolverse con chaqueta, bufandas y chaleco en manos y debo caminar sobre abrigada. El tiempo suele jugarme en contra, así como mi estado de ánimo boicotea mis momentos más alegres.

El cambio climático se apodera de todo, y mientras algunos pronostican que se vienen tiempos difíciles y el fin de mundo se acerca, yo estoy acá, tratando de predecir qué se viene mañana, solo para saber qué sentimientos usar y no tener que devolver con algunos en la mano.