martes, 29 de julio de 2008

Inmadura

Por lo menos, este año, lo seguiré siendo. Seguiré riéndome por tonteras, haciendo jueguitos de niña, amurrándome con facilidad y no tomando nada en serio.
Por lo menos, este año, seguiré manteniendo mi cartera con dulces, tendré un par de autoadhesivos en mis cuadernos, manejaré una agenda donde escriba mis cosas y alguno que otro pensamiento espontáneo. Pondré canciones fuertes en la radio, cantaré en la ducha, gritaré fuerte por una araña y no seré capaz de matarla.
Por lo menos, este año, seguiré siendo una cabra chica, una tontorrona de risa fácil, enojos seguidos e inconsciente de lo que pasa alrededor. Por lo menos, este año sí.

sábado, 26 de julio de 2008

Suspira

Suspiro a cada rato. Dicen que los enfermos del corazón tienden a hacer eso más seguido. Pero yo suspiro por otros motivos (aunque a veces pienso que puedo tener algo al corazón) Me cautivo con facilidad y añoro ciertas cosas constantemente. Recuerdo buenos momentos y bloqueo las situaciones feas, esas casi imposibles de olvidar porque alguien te las recuerda con una llamada o porque son así, enternas en la memoria.
Suspiro en el día, mientras voy en la micro-metro-micro que debo tomar para llegar al trabajo. Cuando camino las 15 cuadras para hacer esas tres combinaciones y cuando logro llegar antes de las nueve.
También suspiro cuando me regalan una buena canción y queda para siempre etiquetada en mi memoria o cuando de improviso me llega un mensaje.
Suspiro por los besos y abrazos improvisados, las mirada cómplices, las películas emotivas, las cervezas a media tarde, la salidas imprevistas, las llamadas gratas.
Suspiro a cada rato y soy una suspiradora innata, o tendré algo al corazón?

viernes, 18 de julio de 2008

Mi basurero

Al lado de mi cama está el basurero, suele estar lleno, rompo papeles y tonteras a diario que van a parar a ese basurero. Pienso que mi basurero conoce casi todos mis secretos, sabe qué remedios tomo, sabe cuántos cabellos se me caen a diario, sabe qué dulces son mis favoritos, que escritos me dan pena, que fotos no quiero volver a ver nunca más, sabe cuántas veces he llorado. Mi basurero se ha convertido en mi confidente y por eso se merece una bolsa para que nada de estas cosas logre ensuciar su capacidad. Siempre estoy atenta a no saturarlo y siempre tengo una nueva bolsa para cambiar.

jueves, 17 de julio de 2008

Y si...

me doy una vuelta de manzana y sigo otro camino...
Y si me devuelvo por un lugar donde nunca he pasado...
Y si tomo otra micro y me bajo tres cuadras antes...
Y si un día no voy a trabajar y visito todos los lugares que me gustaría visitar...
Y si me voy al terminal y tomo cualquier bus a cualquier parte...
Y si me como todos los chocolates que quiero...
Y si no me cambio ropa y no me baño...
... Mi vida sería distinta o volvería tener los altos y bajos de todos los días?

lunes, 14 de julio de 2008

Yo no pido la Luna

Solo pido un metro más vacío, una micro rápida, un sueldo digno, unos zapatos más cómodos, una canción entretenida, un buen lugar para mi banda, un días más cálido, unas galletas ricas, un chocolate.

viernes, 11 de julio de 2008

10 defectos

Me doy diez vueltas antes de salir de la casa. Siempre me devuelvo a buscar algo. Siempre se me queda algo. Siempre olvido lo más importante.

No cocino. Lo intento, pero no me sale. No me aprendo recetas, no veo canales de gourmet, no me fijo en los aliños y soy buena para la sal. El queque nunca sube.

No me pinto, me arreglo poco, no uso tacos menos minifaldas. Siempre estoy chascona.

Me río fuerte, digo tonteras y, a veces, soy poco atinada en mis dichos.

Me enojo con facilidad. Me pongo muda y cuesta que se me pase.

Soy muy sensible. Siempre espero más de las personas, aunque esto tenga que ver con adivinar mis pensamientos. Lloro siempre.

Le doy de comer a los perros callejeros y siempre me sigue uno. Las palomas no me gustan mucho pero igual les tiro miguitas. Vivo una vida pseudo defensora de los animales y no voy ni al circo, ni al zoologico y odio el rodeo y la explotación animal. Igual como carne, pero poca.

Soy inquieta. No puedo estar mucho rato en un lugar. Me gusta caminar, los cafecitos escondidos, y me conformo con un tecito y pan tostado, uff, genial.

Me gusta escribir. Me distraigo con facilidad, no recuerdo los recados, ni nombres ni nada. Trato de anotar las cosas, pero también lo olvido. En las conversaciones, me quedo pegada en cosas que no tienen nada que ver.

Tomo más de la cuenta.

miércoles, 9 de julio de 2008

No digo


Suelo quedarme con las palabras en mi boca. Digo menos de lo que pienso. Me quedo estancada con frases que solo se dicen en mi mente pero que nunca llegan a la persona indicada. Estoy llena de palabras no dichas, palabras que podrían solucionar algo y que, debido a mi silencio, aumentan los problemas. Palabras que no dicen lo que siento.

Otras palabras también se quedan en mi mente: son más alegres, lo más probable es que provoquen una sonrisa, un comentario, algo. Pero no las digo y las llevo para todos lados, hablando conmigo misma todo el tiempo. Y ahí me quedo, como la niña que no dice nada, que no reacciona, que no siente. Mientras que un huracán pasa por mi cabeza con miles de palabras, desordenándolas y dejándome sin ninguna opción de decir lo que pienso.

sábado, 5 de julio de 2008

Me niego

Últimamente me niego a algunos sentimientos, desde los más inquietantes hasta los más agradables. Los inquietantes están bien, trato de no tomarlos en cuenta, de eliminarlos y combatirlos con otros pensamientos, alguno que me produzca alegría y me aleje de los miedos.
Los sentimientos agradables vienen de cosas que no son mías. Están prohibidas y yo ahí, me veo desde arriba como una granangular que me enfoca misteriosamente.
Me niego como todo en mi vida porque está claro que soy super cobarde. Y como los cobardes, no hago nada y veo pasar mi vida, como una niña poco valiente. Como yo.

miércoles, 2 de julio de 2008

Películas

Mi problema es que me creo los personajes de mis películas favoritas. Viajo en micro pensando que soy Charlotte perdida en Tokio, mientras miro las calles de Quinta Normal, la gente que queda bajo los paraderos, los perros perdidos, las niñas con sus guaguas. Voy con mis audífonos y mi propia banda sonora escuchando una nueva canción de The Cure y recordando algún beso espontáneo. También me creo Clementina y su mente sin recuerdos, tratando de olvidar algún amor, buscando aquella máquina que borre malos momentos e intento teñirme el pelo de otro color sin resultados a la vista. A veces pienso que soy Marion y sus dos días en París, viviendo en la confusión extrema, pensando que nada vale mucho la pena, lidiando con viejos amores olvidados, tratando de ser feliz, de ser estable.
NO me creo ninguna heroína, ni tampoco una luchadora insensata, no soy ni gatúbela ni Lara Croft. Tampoco tengo poderes como Tormenta, ni tengo la belleza de Halle Berry. Mi problema es creer que soy la protagonista más olvidada de todas las películas, que busca algo jamás encontrado, que se sumerge en su propio mundo, que está ahí.