Hoy escuchamos tangos en la radio y mi mamá llora recordando a mi abuelo y canta también, con los ojos tristes y parando de vez en cuando para tomar un pañuelo. Luego se va al patio y enciende la lavadora, y se suena y vuelve a entrar y lanza una exclamación por la siguiente canción y empieza a cantarla antes y de nuevo me mira con sus ojos llenos de lágrimas y su nariz roja. Yo la miro, también siento algo, nostalgia, algo que me provoca pena. Ella sigue en la cocina, esta vez, pelando una zanahoria y lavando una lechuga, parece que este tango le alegra un poco más y se atreve a alzar la voz y dice "gira, gira...", pero no baila, solo canta.
A veces se detiene, se apoya en la mesita y descansa, no sé si es por las tareas hogareñas o porque un recuerdo la inunda. Ya terminaron los tangos y ella sigue ahí, seguramente, pensando en su papá, mi abuelo, a quien recuerdo tanto como ella y a quien quiero mucho y siento su ausencia. Mi mamá sigue preparando el almuerzo y yo me voy a mi pieza, como todos los domingos, un domingo de recuerdos.
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