- Comí pescado y me tragué una espina gigante que quedó atorada en mi garganta durante siete minutos. Gracias al pan con aceite pasó. Nunca más como pescado.
-Estuve tres horas en la Posta Central esperando a mi compañera de trabajo que se había desmayado. Vi cosas peores.
-Renuncié.
-Descubrí que mi doctora de cabezera era una chanta: no tengo ni tumores ni quistes en mi cuerpo. De hecho, estoy sana.
-Dije que sí!
-Poseo una moderada felicidad que se esfuma cuando tengo algún dolor desconocido o latidos más rápidos en el corazón. Suelo sentimer mejor cuando estoy en compañía.
-Por último, quiero duplicar la felicidad para el próximo año, restar penas, sumar más compañía de mis padres, dividir las peleas y triplicar mi confianza en Dios y en mi.
1 comentario:
geraldine, te falto desear ser rubia este año.
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