Nos juntamos de noche y nos pedimos dos de estas. No comíamos desde las dos de la tarde y el hambre era más poderoso que las ganas de tomar. ¿Quién le habrá puesto chorrillana a la chorrillana? Alguien que pensó que esta mezcla con el máximo de colesterol, fritura grasienta y peligrosa se chorriaba por la boca dejándote los labios brillantes de tanto aceite y el colesterol disparado en tus venas.
Yo comí a gusto, asaltando las papas fritas junto con la longaniza sin ninguna vengüenza y casi me la como sola si no es porque tuve que compartirla con dos más. No reparo en calorías y otras tonteras, la verdad es que ya estoy gorda y un kilo de papas, cebolla, longanizas y carne no revertirán esta situación.
A la una de la madrugada, en un sucucho cualquiera de VIña me comí la mejor chorrillana del año junto a una buena compañia.
1 comentario:
uuuuh que rico, pero no hay como las chorrillanas que vendían cerca de mi casa en Provi.
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