gano -cuando escribo- una sonrisa de satisfacción en mis labios.
entrego todo lo que siento aunque a veces sea deficiente y predecible.
río de las cosas que soy capaz de escribir o de las tonteras que salen de mis manos.
algunas veces me angustia la escritura y mi cuaderno ya no da más.
limito con la nostalgia pero rayo con la soledad.
desarrollo ideas que están en todos lados, solo que me atrevo a escribir.
indiscutiblemente soy una más.
nunca una menos.
esa soy yo. La Geraldine, como me bautizó mi mamá, pensando que me sería fácil escribir mi nombre.
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