Tengo una pelusa en el ojo que no me deja ver bien. Las gotitas no me sirven, ni el pañuelo deshechable o los masajes con las yemas de los dedos. La pelusa sigue ahí, molestándome.
Y veo borrosamente las cosas, como cuando se me acerca alguien pidiéndome confianza y no distingo las caretas o los colmillos gigantes. Esta pelusa me mantiene en penumbras y no sé qué caminos seguir o a quien tomarle la mano y me he caído en hoyos profundos y tropezado con cientos de piedras. La pelusa esta me hace dejar pasar a personas que valen la pena y seguir a aquellas que no me convienen. Yo ya no quiero tener esta pelusa en mi ojo, que me mantiene acá, desconfiando de todo y todos, porque no me deja ver. Ya no la quiero, no.
2 comentarios:
no te preocupes..
yo tengo una en cada ojo...
y dolor sonoro en mis oidos....
ademas esas pelusas se iran con el viento...
el viento de agosto...
bueno..
ya nadie ve lo que realmente importa...
aprendi a ver sin mirar...
o a mirar sin ver...
como sea....
pero no he aprendido a sostenerme antes de caer...
aveces la botella de olvido me alcoholiza y me tira lejos...
a pensar en otro miercoles vacio...
cuidate dolor es...
y no te preocupes
eres una flor de aquellas... como esta...
una bella especien en extincion...
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